El hombre entonces sólo está revestido con el Kama Rupa o cuerpo de Kama, cuerpo de materia astral, muy etéreo, a menudo llamado "fluídico", por la facilidad con que opta cualquier forma que se le imprima desde afuera o se moldee desde adentro. El hombre viviente es allí la Triada inmortal, cubierta aún con las últimas envolturas terrestres, con la forma sutil y sensible que durante su encarnación, le presta el poder de sentir, desear, gozar, y sufrir en el mundo físico. "Cuando el hombre muere, sus tres principios inferiores, esto es, el cuerpo, la vida y el vehículo de la última, el cuerpo astral o el doble del hombre viviente le abandonan para siempre.
Y entonces, los otros cuatro principios, el principio central o medio (el alma animal o Kama Rupa, con lo que se ha asimilado del Manas inferior) y la Triada superior se encuentran en Kama Loka". Hasta este punto, la experiencia post mortem de todos es generalmente la misma; es un "sueño tranquilo semi-consciente", como ya se ha dicho, y de este estado, en los casos más afortunados, pasan, sin despertar por completo, a la "inconsciencia predevachánica", que es aún más profunda, y la que termina con el despertar dichosísimo en el Devachán, período de reposo que media entre dos encarnaciones. Pero como en este punto son distintas las posibilidades, trazaremos primeramente el proceso normal y no interrumpido de Kama Loka, hasta la entrada en Devachán, y luego volveremos a ocuparnos de otra clase de circunstancias. Si una persona ha llevado una vida pura y se ha esforzado con constancia en elevarse e identificarse con la parte superior de su naturaleza, más bien que con la inferior, en este caso, una vez que se ha separado del cuerpo y del doble astral, y después que Prana se ha vuelto a fundir con el océano de vida, y cuando sólo se halla con la vestidura de Kama Rupa, entonces, como los elementos de pasión en él son débiles y acostumbrados a una actividad relativamente poco pronunciada, no podrán afirmarse con fuerza en Kama Loka. Ahora bien; durante la vida terrestre, Kama y el Manas inferior están estrechamente unidos y entrelazados; en el caso que estamos considerando, Kama es débil y el Manas inferior ha purificado en gran parte a Kama. La mente, ligada con las pasiones, emociones y deseos, los ha purificado y se ha asimilado su parte más pura, la ha absorbido en sí misma, de modo, que todo lo que queda de Kama es un simple residuo que fácilmente puede desecharse, y del cual la triada inmortal se liberta pronto. Poco a poco esta Triada inmortal, el hombre verdadero, concentra todas sus fuerzas; reúne dentro de sí los recuerdos de la vida terrestre que acaba de terminar; sus amores, sus esperanzas, sus aspiraciones, y se prepara para pasar del kama loka al reposo feliz del Devachán, la "tierra de los Dioses". Kama Loka es una localidad astral, el Limbo de la teología escolástica; el Hades de los antiguos, y estrictamente hablando, una localidad sólo en sentido relativo. No es un lugar definitivo ni limitado, pero que existe dentro del espacio subjetivo; esto es, está fuera de la percepción de nuestros sentidos. Sin embargo, allí es donde los fantasmas astrales de todos los seres que han vivido, incluso los animales, esperan su segunda muerte. Para los animales viene con la desintegración y el completo desvanecimiento de sus partículas astrales hasta la última. Para el fantasma humano principia cuando la Triada -Atma-Buddhi-Manas- se "separa" de sus principios inferiores, o sea de la reflexión de la ex-personalidad, para pasar al estado devachánico".
Esta segunda muerte es, pues, el paso de la Tríada inmortal de la esfera de Kama Loka, tan estrechamente relacionada con la esfera terrestre, al estado superior del Devachán, del que hablaremos más adelante. El tipo del hombre de que estamos tratando pasa por este proceso en el estado de tranquila somnolencia que se ha descrito, y si no se le perturba, no vuelve a obtener completa conciencia, hasta haber pasado por estos grados, y que el reposo haya sido reemplazado por la dicha. Pero durante todo el periodo en que los cuatros principios, la Tríada inmortal y Kama, permanecen en Kama Loka, ya sea aquél largo o corto, de días o de siglos, están al alcance de las influencias terrestres.
En el caso de una persona como la que hemos descrito, ésta puede ser despertada por la tristeza y deseos desesperados de los amigos dejados en la tierra; pues estos elementos kámicos al vibrar violentamente en las personas encarnadas, pueden producir vibraciones en el Kama Rupa de las desencarnadas, y alcanzar y despertar de este modo al Manas inferior que aún no se ha vuelto a reunir con su padre, la inteligencia espiritual. De este modo puede ser sacada de su estado de somnolencia y pasar a un recuerdo vívido de la vida terrestre tan recientemente abandonada, y puede -bien sea directamente, si se trata de un sensitivo o médium, o indirectamente por conducto de uno de estos dolientes amigos en comunicación con el médium, para hablar o escribir a los que han quedado en la tierra. Este despertar va generalmente acompañado de agudo sufrimiento; y aun cuando éste se evite, el proceso natural de liberación de la Triada se perturba bruscamente y se retarda su libertad.
Al tratar de esta posibilidad de comunicación durante el periodo que sucede inmediatamente a la muerte, y antes de que el hombre, ya libre, pase al Devachán, dice H. P. Blavatsky: "Que cualquier mortal viviente haya obtenido gran provecho de la vuelta del Espíritu al plano objetivo es muy dudoso, salvo en unos cuantos casos excepcionales, cuando la intensidad del deseo en la persona moribunda por volver por causa de algún objeto especial ha obligado a la conciencia superior a permanecer despierta y haya sido por lo tanto realmente la individualidad el "Espíritu", el que se haya comunicado. El Espíritu está turbado después de la muerte, y cae muy pronto en lo que llamamos "inconsciencia pre-devachánica". Un deseo intenso puede impulsar a la entidad desencarnada a volver espontáneamente hacia los Seres sin consuelo, que ha dejado en la tierra, pero esta vuelta espontánea es rara en la clase de personas de que ahora nos ocupamos.
Si se les deja en paz, se dormirán tranquilamente para despertar en Devachán, evitando así cualquier lucha o sufrimiento que se relacione con la segunda muerte. En la separación final de la Triada inmortal, sólo queda en Kama Loka, el Kama Rupa, la "cáscara" o simple fantasma vacío, que gradualmente se desintegra, pero será mejor tratar este punto, cuando nos ocupemos de la clase que le sigue, la generalidad de la masa humana, sin marcada espiritualidad elevada, pero también sin marcadas tendencias perversas.
Libro Vida despues de la Muerte
de Annie Besant
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