CAPITULO IV
KAMA LOKA Y EL DESTINO
DE PRANA Y KAMA
Loka es una palabra sánscrita que puede traducirse por lugar, mundo, tierra; de modo que Kama Loka es, literalmente, el lugar o mundo de Kama, siendo Kama el nombre de aquella parte del organismo humano que encierra todas las pasiones, deseos y emociones que tiene el hombre en común con los animales inferiores. En esta división del Universo el Kama Loka es la morada de todas las entidades humanas que han abandonado el cuerpo físico y su doble etéreo, pero que aun no se han libertado de la naturaleza de emociones y pasiones.
Kama Loka tiene otros muchos moradores; pero solamente nos referimos aquí a los seres humanos que últimamente han pasado por la puerta de la muerte, y a éstos debemos concretar nuestro estudio. Puede perdonársenos una momentánea digresión sobre la cuestión de la existencia de regiones en un universo distinto del físico, pobladas de seres Inteligentes. La existencia de tales regiones es afirmada por la Filosofía esotérica y conocida por experiencia propia, por los Adeptos y por muchas personas menos desarrolladas; todo lo que se necesita para el estudio de esas regiones, es el desarrollo de las facultades latentes en todo hombre; un hombre en "vida", usando el lenguaje ordinario, puede dejar tras sí, sus cuerpos físicos y astral, y explorar esas regiones sin pasar por la puerta de la muerte.
Así, en The Theosophist leemos que el verdadero conocimiento puede ser adquirido por el hombre en vida, entrando en relación consciente con el mundo del Espíritu. "Como en el caso, digamos, de un Adepto iniciado que trae consigo a la tierra un recuerdo claro y distinto, correcto hasta en los menores detalles de los conocimientos que ha adquirido y de todo lo que ha presenciado en la esfera invisible de las Realidades". De este modo esas regiones llegan a ser para él, motivos de conocimiento, tan definido, tan cierto y tan familiar, como si viajase por el África de un modo ordinario, explorase sus desiertos y volviese a su país aumentadas sus riquezas por el conocimiento y la experiencia adquiridos. A un experto explorador de África, le importarían poco las críticas que hiciesen de sus relatos las personas que nunca han estado allí; podría referir lo que vio; describir los animales cuyas costumbres hubiese estudiado, bosquejar el país que hubiera atravesado, enumerar sus productos y sus características.
Si los críticos que nunca han viajado, le contradijesen, se riesen y porfiasen, no se enfadaría ni se desanimaría, sino que simplemente no les haría caso. La ignorancia no puede convencer al conocimiento con las repetidas aseveraciones de su falta de ciencia. La opinión de cien personas sobre un asunto que ignoran por completo, no es de más peso que la opinión de una sola de ellas. La evidencia de un hecho aumenta su fuerza cuando muchos testigos la afirman; pero nada multiplicado por mil, es nada. Verdaderamente, sería extraño que todo el espacio que nos rodea estuviese vacío, un mero desierto asolado y que los habitantes de la tierra fuesen las únicas formas en que pudiera encerrarse la inteligencia.
El Dr. Huxley dijo últimamente: "Sin ir más allá de la analogía de lo que es conocido, es fácil poblar el cosmos con entidades en una escala ascendente, hasta que lleguemos a algo indistinguible de la omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia”. Si estas entidades no tienen órganos de sentidos como los nuestros; si sus sentidos responden a vibraciones diferentes a las que afectan a los nuestros, ellos y nosotros podemos marchar unos aliado de otros, adelantarnos mutuamente, encontrarnos, pasar unos por medio de otros, y sin embargo, no quedar por ello más enterados de nuestras respectivas existencias. Mr. Crookes nos hace vislumbrar la posibilidad de semejante coexistencia inconsciente con seres inteligentes y sólo se necesita un pequeño esfuerzo de imaginación para demostrar este concepto. "No es improbable que otros seres sencientes tengan órganos de sentidos que no respondan a algunos o a ninguno de los rayos a que nuestra vista es sensible, pero que sean capaces de apreciar otras vibraciones para las cuales estamos nosotros ciegos. Tales seres estarían viviendo realmente en un mundo distinto del nuestro. Imaginaos, por ejemplo, la idea que formaríamos de los objetos que nos rodean, si estuviésemos dotados, no de la vista sensible a los rayos ordinarios de luz, sino sensibles a las vibraciones comprendidas en los fenómenos eléctricos y magnéticos.
El vidrio y el cristal estarían clasificados entre los cuerpos más opacos. Los metales serían más o menos transparentes, y un alambre telegráfico en el aire, parecería como un agujero muy estrecho y largo, taladrado en un cuerpo sólido, impenetrable. Una dínamo en trabajo activo parecería un incendio, mientras que un imán permanente realizaría el sueño de los místicos de la Edad Media, y sería una lámpara eterna sin gasto de energía ni de combustible". Kama Loka es una región habitada por entidades inteligentes y semi-inteligentes, lo mismo que lo está la nuestra; está densamente poblada, como nuestro mundo, de muchos tipos y formas de cosas vivientes, tan diferentes unas de otras, como una hoja de hierba es diferente de un tigre, y un tigre de un hombre. Compenetra, a nuestro mundo, y éste lo compenetra a su vez; pero, como los estados de la materia difieren en los dos mundos, éstos coexisten sin el conocimiento de sus respectivos seres inteligentes.
Sólo bajo circunstancias anormales puede haber conciencia entre los habitantes de los dos mundos, de su mutua presencia; por medio de cierta práctica especial, puede estar un ser humano en vida, en contacto consciente con muchos de los sub-humanos naturales de Kama Loka, y dominarlos; los seres humanos que han abandonado la tierra y en quienes los elementos kámicos fueron poderosos, pueden fácilmente ser atraídos por los elementos kámicos de los hombres encarnados, y llegar con su ayuda a presenciar de nuevo conscientemente las escenas que habían dejado; y seres humanos, aun encarnados, pueden establecer medios de comunicación con los desencarnados y, como se ha dicho antes, abandonar momentáneamente sus propios cuerpos y ser consciente en Kama Loka, por el uso de las facultades por cuyo medio han acostumbrado a su conciencia a obrar.
El punto que tiene que ser aquí claramente comprendido, es la existencia de Kama Loka como una región definida, habitada por gran diversidad de entidades, entre las que se hallan seres humanos desencarnados. Concluida esta necesaria digresión, volvamos al ser humano en particular, cuyo destino, como tipo, podemos decir que estamos trazando, y con cuyo cuerpo físico y doble astral hemos concluido ya. Contemplémosle en el estado de cortísima duración que sigue al abandono de estas dos envolturas. H.P. Blavatsky dice, después de citar una descripción de Plutarco, sobre el hombre después de la muerte: "He aquí nuestra doctrina, que presenta al hombre como ser septenario durante la vida, y como quíntuplo, inmediatamente después de la muerte, en Kama Loka". Prana, la parte de energía vital apropiada por el hombre en su estado carnal, habiendo perdido su vehículo, el doble etéreo, el cual, juntamente con el cuerpo físico, se ha separado de su energía directora, tiene ahora que volver al gran receptor de vida del Universo. Así como el agua contenida en un vaso de cristal y sumergido en un estanque se mezcla con las aguas de éste, si el vaso se rompe, del mismo modo Prana, al desprenderse los cuerpos de él, se mezcla de nuevo con la vida universal. Solo inmediatamente después de la muerte, es el hombre quíntuple en su constitución; pues Prana, como principio humano, no puede permanecer apropiado cuando su vehículo se desintegra.
Libro Vida después de la Muerte
de Annie Besant
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